5 consejos personales que te ayudarán a leer más

cómo leer más pila de libros

¿Alguna vez has querido que la lectura fuese parte de tu vida? En este artículo te voy a contar cinco consejos que a mí me han ayudado a retomar este hábito y que pienso que te podrían resultar útiles si te está costando leer tanto como te gustaría. Personalmente pienso que los libros muestran un maravilloso mundo y por esa razón aquí te contaré cómo leer más. He escrito el artículo pensando principalmente en la gente que lee muy poco o nada y le gustaría empezar a hacerlo. No obstante creo que estos consejos pueden servir a todo el mundo que esté interesado en esta actividad. ¡Espero que te resulte útil! 1) Intenta leer todos los días Cuando yo era pequeño me encantaba leer. En parte debo ese interés a la curiosidad de mis padres y al hecho de que al verles leer a ellos y disfrutar con la lectura pues yo también quise disfrutar de los libros. Recuerdo muchas ocasiones en las que cogía un libro y leía casi sin parar, devorándolo en muy pocos días. Tristemente la vida adulta impide darse a ese consumo voraz de páginas de la misma manera. Hoy en día es mi opinión que resulta mucho más valioso y fácil leer un poquito todos los días en vez de no leer nada y luego pegarse un atracón. Tanto si llevas mucho tiempo sin leer con frecuencia como si es un hábito que has mantenido de una u otra forma, pienso que lo mejor es leer todos los días. Puede parecer un poco obvio pero ese es mi consejo. El hecho de realizar esta actividad a diario ayudará a convertirlo en un hábito incluso si al principio te cuesta, y si se convierte en un hábito eso te ayudará a leer incluso cuando estés cansado o no tengas ganas. Consejo 1: «Lee todos los días, aunque sea poco. Se convertirá en un hábito.» David 2) Marca cada día que leas A veces es difícil ser consciente de las cosas que hacemos en el día a día, en esta vida rápida y alocada que muchos llevamos, llena de tareas y cosas pendientes de hacer. Pero no te preocupes, encontré una solución hace tiempo. Consejo 2: «Marca los días que leas y deja que eso se convierta en un refuerzo.» David Esa solución es llevar a cabo un seguimiento de los días que lees. Puede ser algo tan simple como hacer una cruz en un calendario de papel. También puedes ponerte las pilas, hacerte una tablita e ir poniendo cruces o puntos o lo que te plazca. Lo importante es tener ese control externo que no sólo te va a servir para ser honesto respecto a si estás leyendo o no, sino que además te va a servir como un bonito refuerzo positivo según vayas gastando la tinta del boli tachando días. 3) Elige un objetivo diario por tiempo No me extrañaría que a estas alturas te haya surgido un pregunta. ¿Cuánto tengo que leer cada día para poder hacer la dichosa crucecita en el calendario? Hay gente que recomendaría elegir una cantidad de páginas diarias. Yo prefiero guiarme por tiempos. Depende del día, del cansancio, de la densidad del texto que estés leyendo, te costará más o menos tiempo leer un número de páginas determinado. Por eso será difícil crear un hábito sólido ya que igual te encuentras con que un día te ventilas las 5 páginas en 5 minutos ya que había principalmente un diálogo distendido y al día siguiente te cuesta más de 10 minutos ya que era un texto denso. Personalmente me gusta más elegir una cantidad de tiempo determinada y atenerme a eso. Algunos días leeré más páginas y otros menos. Lo importante es dedicar esos minutos clave al día. Consejo 3: «Elige una cantidad de minutos al día y lee eso como mínimo.» David 4) Decide qué leer Al principio te costará desarrollar la lectura como un hábito. Por eso pienso que hay que planificar de manera muy estratégica lo que se lee. A veces nos conviene más elegir algo ligero y sencillo de leer, pero que resulte agradable y nos ayude a querer leer más, que por ejemplo elegir un libro denso y largo que aunque tengamos ganas de leer nos va a requerir más inversión de energía y tiempo. Consejo 4: «Elige cuidadosamente qué libro vas a leer y si no te engancha, déjalo.» David Por eso hay que elegir cuidadosamente lo que se lee. En mi caso me gusta tener un libro más bien serio o denso y otro más sencillo y agradable. De esa manera dependiendo del día, de mi estado de ánimo o de la energía que tenga puedo escoger leer uno u otro. Por otra parte cuando empiezo a leer un libro y se me hace cuesta arriba, me da pereza, no me engancha, en general tiendo a dejarlo. A veces simplemente aplazo la lectura del mismo y otras veces directamente lo descarto. 5) Regla de los 2 días Esta es una regla muy simple y es realmente útil a la hora de trabajar cualquier hábito. Matt D’Avella la explica en detalle en este vídeo de YouTube. No obstante si no te apetece mirarlo, te lo cuento yo aquí de manera resumida. La regla es realmente simple. No dejes que pasen nunca dos días entre cada vez que llevas a cabo el hábito en cuestión. Es decir, si algún día se te pasa tu rato de leer, asegúrate de que al día siguiente lo haces sin falta. Si tienes muchos lapsus parecidos y sigues esta regla, seguirás habiendo leído la mitad de los días, lo que no está nada mal. Consejo 5: «Si algún día no puedes leer, asegúrate de que al día siguiente sí que lo haces.» David Cómo leer más: conclusiones Hoy en día no es fácil poder encontrar un ratito todos los días para leer. Tenemos una cantidad de distracciones enorme. Todas ellas buscan un pedazo de nuestra atención, pero una

Descansando de libros: escribiendo relatos

escribiendo relatos

He encontrado la manera perfecta de descansar del largo proceso de escribir un libro. Sí, de verdad. ¡Y además salgo ganando! La respuesta perfecta a la pregunta ¿cómo descanso de escribir mis libros? es: ¡escribiendo relatos! Vale, no he sido muy original, lo admito. Pero déjame que me explique. Para mí el proceso de escribir una novela, incluso si hablamos de una novela de una duración media de 250 páginas, es una carrera de distancia. Una maratón, si me permites la comparación. Eso quiere decir que es un proceso largo, duro y costoso, sobretodo a nivel de tiempo. Es inevitable sentirse a veces descorazonado, ‘seco’ de ideas o perdido. O a veces estás tan cansado de la historia y los personajes que necesitas desconectar un poco. Bueno, al menos esa es mi experiencia personal. Por eso se me ocurrió escribir relatos como una manera de descansar. ¿Por qué relatos? Si una novela es una maratón un relato es un sprint. Es una carrera rápida, que casi antes de haber empezado ya ha acabado. Resulta un espacio limitado que permite ser creativo y contar toda una historia en un espacio muy pequeño. Por eso empecé a escribirlos. Puedo lanzarme dentro de la historia, familiarizarme con los personajes, la situación, escribir y en muy pocos días terminar el relato. Y ya está. No sólo eso, sino que la manera en que los estoy utilizando ahora mismo es que son mis pequeñas ventanas al mundo del cual estoy escribiendo en la novela que esté trabajando. De esa manera desconecto de la historia de la novela, pero sigo trabajando en desarrollar el mundo. Y sigo practicando la escritura, que en la vertiente de relatos requiere una precisión del lenguaje y un entendimiento de la estructura de una buena historia que resulta muy interesante para tener en mi ‘bolsa de trucos’. ¿Y para qué me cuentas ésto? Ouch, eso me ha dolido, qué borde 😉 Te lo cuento porque me ha parecido interesante, y también es una manera para que yo mismo defina qué significan los relatos para mí. Te lo cuento también porque al menos dos de esos relatos me han gustado lo suficiente como para plantearme pulirlos y publicarlos. Es posible que, al menos uno de esos dos, esté listo para publicación dentro de muy, muy poco. Si quieres enterarte de todas las novedades sígueme en Twitter o suscríbete a mi Newsletter, que encontrarás en la barra lateral de ésta página (o bajando abajo si estás en un móvil).

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